viernes, marzo 02, 2007

30 minutos

Años barajando posibilidades todas ellas absurdas, y llega una persona y en 30 minutos hablando con ella de pronto te cuentan la unica en la que jamás habrias pensado, la que parece mas lógica y entre otras cosas la que mas duele, no por mala, mas bien porque el sentimiento agridulce que te deja, te llena y te envuelve, pero sobretodo triste, un imposible.
Dicen que en esta vida todo es posible menos la muerte, pero tambien hay quien dice que la suerte existe y quien dice que no, yo por el momento me decanto con que la suerte no existe, y empiezo a pensar que hay mas cosas tan imposibles como vencer a la muerte para que no te arrastre.
Simplemente por ahora y hasta que sepa que hacer seguiré luchando, seguiré batallando como siempre me dice mi amigo Mario y seguiré siendo la leona de Irene, que aunque hay veces que mas que rugir, ronroneo como gato, me defiendo panza arriba como tal, y me lamo las heridas vuelvo a rugir y a batallar.
Hoy es viernes y no hay planes, sólo uno ir a trabajar, salir a las 21.15 y volver andando a casa desde Velazquez 19, cruzarme con la gente preparada para salir un finde mas, mirar al cielo, disfrutar cada segundo por la calle, sentir el aire sobre el rostro, mirar la luna, y volver a casa seguramente lo suficiente cansada como para desplomarme en el sofa o en la cama y matar al tiempo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo diría que lo que dicen es que: "Todo tiene solución menos la muerte".

En una ocasión me pasó algo increible con un amigo.

Estábamos en la cocina. Nadie más en la casa. La lámpara de techo iluminaba la mesa y hacía foco sobre un libro que alguien había dejado allí abandonado.

Estábamos aburridos, así que le propuse abrir al azar por una página cualquiera para señalar sin más una palabra. Le alerté de que la palabra que señalásemos nos daría información sobre nuestro futuro.

Obviamente, si la palabra elegida era una preposición, un artículo o cualquier otra carente de significado, la elegida sería la siguiente que sí lo tuviese continuando con el orden de lectura.

Hicimos la elección por turnos. Primero él y después yo. Cada uno abrió el libro por una página cualquiera, y puso el dedo en la coordenada que mejor le pareció.

Hubo suerte. Ambos señalamos una palabra con significado pleno. Lo increible de la historia, es que los dos elegimos la misma palabra. Bueno, casi. En realidad, la única diferencia era la primera letra.

A mi amigo le salió "muerte". A mí... "suerte".

Muchas veces me pregunto la cantidad de veces que habría que repetir el experimento para que volviese a suceder algo similar.

¿Realmente fue sólo casualidad?. ¿Acaso cabe otra opción?. Da que pensar.

Que yo sepa mi amigo sigue vivo, y que yo sepa algún día morirá. Como yo. Como todos.

Y respecto a la suerte... No sé... ¿Cómo saber si me acompaña, si lo que me sucede no puede ser de otra manera que la que es?.

Sea como fuere me inclino a pensar que "lo único seguro en esta vida es la muerte". Porque la muerte es absoluta, y la suerte es relativa.

La muerte nos pertenece a todos, existe por sí misma, y la suerte es simplemente una unidad de medida que se aplica a los seres vivos para definir la cantidad de cosas buenas que nos pasan a unos... respecto a los otros.

En fin, lo dicho, que "todo tiene solución menos la muerte". Y en eso, estoy seguro de que la suerte... está echada.