Estoy tonta, voy y publico sin terminar de escribir la entrada, ole mi arte ainsss.
Pues nada simplemente os dejo dos textos de Mario Benedetti no me voy a tirar el royo escribiendo de su vida y obra porque para eso tenemos la Wikipedia, que os lo contará mucho mejor que yo.
Simplemente os dejo un cuento y un poema, espero que os guste.
EL HOMBRE QUE APRENDIÓ A LADRAR
Lo cierto es que fueron años de arduo y pragmático aprendizaje, con lapsos de desalineamiento en los que estuvo a punto de desistir. Pero al fin triunfó la perseverancia y Raimundo aprendió a ladrar. No a imitar ladridos, como suelen hacer algunos chistosos o que se creen tales, sino verdaderamente a ladrar. ¿Qué lo había impulsado a ese adiestramiento? Ante sus amigos se autoflagelaba con humor: "La verdad es que ladro por no llorar". Sin embargo, la razón más valedera era su amor casi franciscano hacia sus hermanos perros. Amor es comunicación.
¿Cómo amar entonces sin comunicarse?
Para Raimundo representó un día de gloria cuando su ladrido fue por fin comprendido por Leo, su hermano perro, y (algo más extraordinario aún) él comprendió el ladrido de Leo. A partir de ese día Raimundo y Leo se tendian, por lo general en los atardeceres, bajo la glorieta y dialogaban sobre tenas generales. A pesar de su amor por los hermanos perros, Raimundo nunca había imaginado que Leo tuviera una tan sagaz visión del mundo.
Por fin, una tarde se animó a preguntarle, en varios sobrios ladridos: "Dime, Leo, con toda franqueza: ¿qué opinás de mi forma de ladrar?". La respuesta de Leo fue bastante escueta y sincera: "Yo diría que lo haces bastante bien, pero tendrás que mejorar. Cuando ladras, todavía se te nota el acento humano."
Este cuento lo leí hace tiempo y hoy me puse a buscarlo y lo encontré, ¿qué os transmite? A mí como siempre que todos tendríamos que aprender más de los animales y esque no hay más seres en el mundo tan fieles y tan leales como ellos, esta es una de las mil cosas que me transmite este cuento cada vez que lo leo.
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ESTADOS DE ÁNIMO
Unas veces me siento
como pobre colina,
y otras como montaña
de cumbres repetidas,
unas veces me siento
como un acantilado,
y en otras como un cielo
azul pero lejano,
a veces uno es
manantial entre rocas,
y otras veces un árbol
con las últimas hojas,
pero hoy me siento apenas
como laguna insomne,
con un embarcadero
ya sin embarcaciones,
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde,
te acerques y te mires..
te mires al mirarme.
jueves, mayo 17, 2007
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2 comentarios:
precioso poema. gracias por escogerlo y ofrecernoslo, saludos, ana. http//www.diablillos-emocionales.blogspot.com
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